Según el Informe Mundial de la Discapacidad de la OMS, realizado en 2011, afirman que una de cada 7 personas aproximadamente tiene alguna discapacidad que le afecta a la hora de interactuar con los dispositivos. Esta discapacidad puede afectar a cualquier edad, puede tener distintas duraciones y tener distintos niveles o grados.

La accesibilidad permite facilitar a todos los usuarios el acceso a las plataformas digitales. Se incluye por usuarios a todos aquellos que también tienen baja visión, ceguera, deficiencias auditivas, cognitivas o motores, o con deterioros situacionales, como por ejemplo cuando tienes el sol de espaldas y no puedes ver correctamente la pantalla.

En Europa, un 13,6% tiene discapacidad visual, un 8,6% discapacidad auditiva, un 27,7% física y un 11,4% discapacidad cognitiva.

En España el 9% de la población tenía una discapacidad en 2008 y el 16,7% de personas con más de 15 años tenía una limitación en la participación social.

Además de estos datos, podemos extraer que todas esas personas son consumidoras potenciales de productos y servicios TIC (Tecnologías de la Información y Comunicación), es decir, tecnologías web, móvil o Smart Speakers, entre otros. Algunas de ellas necesitan tecnologías de apoyo específicas como softwares lectores de pantalla, reconocedores de voz, magnificadores, pulsadores, controles por botón… Y otras, les bastará con tener un contraste de color suficiente, un tamaño de fuente y de controles adecuados, o que se ajuste a sus preferencias del sistema. Todos estos puntos están cubiertos por las pautas WCAG 2.0 y 2.1, los criterios universales de accesibilidad.

En definitiva, la accesibilidad no será sólo útil para aquellos que tengan discapacidad, sino que también mejorará la experiencia de usuario a todas las personas.

Qué es la WCAG

La WCAG (Web Content Accessibility Guidelines) define unos criterios de accesibilidad a nivel universal, a través de los cuales se evalúa el nivel de accesibilidad de un sitio web o de una app. Estos criterios están agrupados en tres niveles de conformidad: A, AA, AAA; siendo A el nivel más básico de accesibilidad, y el AAA el nivel más óptimo.

Su primera publicación fue en 1999, en la que sólo contemplaba la web, y a raíz de allí ha ido evolucionando en función de la aparición y evolución de las nuevas tecnologías. La última actualización ha sido la WCAG 2.1, lanzada en junio 2018, que recoge algunas nuevos criterios respecto a la WCAG 2.0.

En algunos países obligan por ley a cumplir algunos de estos criterios. Por ejemplo, Israel obliga que las aplicaciones móviles cumplan el nivel AA de la WCAG 2.0. Y ahora también se suma Europa, que con la norma EN 301 549, la Directiva europea obliga que a partir del 23 de junio 2021, por lo menos las apps del sector público cumplan el nivel AA de la WCAG 2.1.

Para validar si tu web cumple los requisitos de Accesibilidad, existen diferentes documentos que facilitan la validación de los criterios a cumplir de la WCAG. Un ejemplo sería el presentado por WebAim.

En el caso de ser tu app, Apple y Android han definido sus propias buenas prácticas de acuerdo con las guías de accesibilidad, aunque muchas de ellas ya están incluidas en la WCAG 2.1. También cada uno ofrece sus herramientas de validación del nivel de accesibilidad, siendo Accessibility Inspector Tool para iOS y Test de Accesibilidad para Android.

Buenas prácticas de Accesibilidad

Para aplicar buenas prácticas de Accesibilidad es recomendable que estén sincronizados los equipos de desarrollo, diseño y marketing.

A continuación vamos a detallar algunas buenas prácticas:

Textos alternativos

Todos los elementos de la aplicación deben estar etiquetados a nivel de código para que cualquier lector de pantalla pueda saber sus significados.

Los atributos de un elemento:

  • Label: Identifica el elemento sin mencionar el rol. Ej: guardar, añadir,…
  • Trait: Define el rol del elemento, indica cómo el elemento se comporta o cómo debe ser tratado. Ej: botón, texto estático,…
  • Hint: Añade una descripción de la acción si la funcionalidad no se explica por sí sola.
  • Value: Define el estado o valor del elemento si es necesario.

Agrupación de contenido

Los elementos que pertenecen a un mismo grupo, como pueden ser las listas, deberían estar agrupadas para poder mejorar la contextualización.

De ese modo, el lector de pantalla leerá los elementos por grupos y el usuario no perderá el contexto.

Áreas clicables

Los elementos clicables deben tener una área lo suficientemente grande para poder interactuar con ellos.

Navegación lineal

Los usuarios que usan tecnologías de apoyo (como VoiceOver en iOS y Talkback en Android) recorren los elementos de la pantalla deslizando el dedo de izquierda a derecha, o en caso de leer la pantalla, el orden que seguirá para leerla.

Por ese motivo, se debe poder acceder a todos los elementos de forma lineal. El orden sugerido del foco de los elementos es de izquierda a derecha y de arriba a abajo.

Cambios en la fuente

  • Usar fuentes dinámicas para que el usuario pueda modificar el tamaño desde sus preferencias del sistema. Asegurar que se puedan leer todos los textos igualmente, sin cortes ni superposiciones.
  • Poner textos suficientemente grandes que puedan leerse, mínimo de 10pt. Evitar también estilos “light”.
  • No truncar textos, sólo en caso que puedan leerse completamente en otra pantalla.
  • Evitar mayúsculas, ya que el lector lo lee por letras, no por palabra.
  • Evitar textos incrustados en imágenes, ya que el lector no lo puede leer.
  • Alinear de izquierda a derecha (en países RTL, a la derecha). El texto centrado hace que varíe mucho el inicio de cada línea y que dificulte la comprensión cognitiva.

Contraste de color

Ajustar el contraste entre elementos para mejorar la legibilidad (4:5:1 para fuentes pequeñas o 3:0:1 para fuentes mayores de 18pt).

Usar descripciones en vez de color

Evitar que la única forma de diferenciar un elemento sea por color. Debería estar acompañado de una descripción textual o un icono distintivo.

Animaciones más lentas

Evitar que las animaciones aparezcan y desaparezcan muy rápido ni que contengan mucho rojo, ya que puede afectar a personas con fotosensibilidad.

Vídeo o audio con controles

Incluir controles para permitir a los usuarios para la reproducción, ajustar el volumen, pasar a pantalla completa o activar subtítulos. Incluso se pueden incluir vídeos con doblajes a lenguaje de signos.

 

Y éstos son algunas de las buenas prácticas para hacer que tu plataforma sea accesible para todos los usuarios. No queremos cerrar este post sin recalcar la importancia de hacer que todas las personas disfruten de una misma experiencia, sin distinguir a nadie por su condición.

No se trata de mejorar la experiencia para unos pocos sino que mejorar la accesibilidad significa mejorar la experiencia para todos los usuarios.

 

Fuente: Laura Martínez